Cursa de la Tardor 2013

El domingo día 13 de octubre se celebró la cuarta edición de la Cursa de la Tardor de Sant Andreu de la Barca. Como cada año la organización y el ambiente fueron de matrícula de honor.

Eran las ocho de la mañana cuando desde mi casa podía oír la voz del speaker animando y caldeando el ambiente. Los pórticos ya estaban hinchados y la música ambiental acompañaba a la atmósfera mágica de las grandes ocasiones. Y es que la Cursa de la Tardor es como un día de “Festa Major”.

Sobre las ocho y media fui a buscar los dorsales (ventajas de vivir cerca de la salida). Este año participábamos nuevamente mi mujer y un servidor, con el firme propósito de ser los mejores. Los mejores del rellano, claro. Las inmediaciones del colegio Ortiz (donde esta ubicada la recogida de dorsales, vestuarios y duchas) bullían de runners deseosos de correr. Algunos ya trotan por el asfalto o las aceras. Otros comentan pasadas batallas con sus colegas. 

A las nueve, ya debidamente vestidos y equipados, bajamos a la calle. Inmortalizó este momento nuestra hija:

Comenzamos a trotar sobre el asfalto para calentar. Durante esta fase de calentamiento me crucé con Flipy que también participó en esta edición y con algunos colegas más del trabajo (Iván, Paco, Ricardo, Dani).

La salida estaba programada para las 9:30. En esta ocasión nos acercamos con tiempo y nos pusimos bastante cerca del pórtico de salida. Mientras esperamos vi a Sereno en bici, expectante. También conocimos a Núria, la veterana corredora dorsal 374, con la que intercambiamos opiniones. Nos comentó que ella también empezó a correr cuando tenía 40 años y allí estaba, con 65 en plena forma y disfrutando con su marido. Yo de mayor también quiero ser como ella.

Suena la batucada para dar coraje y fortaleza a los corredores.

Y tras la batucada pistoletazo de salida (¡pum!) .... 

....y a correr.

¡Y como corre la gente en este pueblo!. En los primeros compases el ritmo era muy alto. La gente de mí alrededor parecían gacelas. Era muy difícil no contagiarse de esa euforia inicial. Así pues, obviando la posibilidad de acabar con las piernas de palo, me deje llevar. Mirando de reojo el Garmin veía que el ritmo estaba muy por debajo de la media de 4:30 que me había marcado como objetivo. El primer kilómetro caería a 4:11, ¡uf!, y estos excesos se pueden acabar pagando.

En esta edición mi mujer y yo íbamos a correr cada uno a nuestro aire. En ediciones anteriores habíamos ido juntos pero en esta habíamos decido hacer cada una la nuestra. Éramos dos personas con sus pequeños objetivos y con muchas ganas de disfrutar. 

Correr 10 km no es demasiado difícil, pero correrlos al límite de la capacidad física es agotador. Se hace largo. Es una lucha interna por no bajar el ritmo. La tentación de aflojar para relajar el grado de sufrimiento es poderosa. Pero las ganas de ir más rápido también. Y en eso delicado equilibrio de fuerzas van (vamos) todos.

Núria quería bajar de los 55 minutos y yo hacer un tiempo cercano a los 45 minutos. Así que espoleados por esas pequeñas metas fuimos desgranando y sufriendo la cursa. 

Hacía el kilómetro ocho, después de subir por segunda vez la cuesta del Mercadona, Sereno me dio ánimos. Bueno, ya sabéis, ánimos a su estilo: “Venga que sólo tienes 500 por delante” y otras cosas peores, je,je...

En el último kilómetro estaba Franciso (El Presi) animando... y otra vez Sereno: "Venga esprinta!!" (que gracioso el jodido).

Llegando a meta veo con alegría que voy a entrar por debajo de los 46 minutos. Poco después llegaría Núria que también cumplió con su reto y entró por debajo de los 55 minutos.

                T.oficial    Pos. general     Pos. categoría

Miguel     00:45:51            217                    57

  

Núria       00:54:39            425                    10

Al terminar nos encontramos con Marta de Nutriland con la que estuvimos charlando un rato y con Flipy que también estaba muy satisfecho del resultado obtenido:

                T.oficial    Pos. general     Pos. categoría

Flipy       00:39:08            45                        16

Y eso fue todo. Larga vida a la Cursa de la Tardor y hasta el año que viene.

Un saludo, Cebolletos.